En la tranquilidad de la sala botellero nuestros vinos permanecen en reposo y en óptimas condiciones para su evolución y conservación.
En este espacio es donde el vino se redondea en botella y adquiere toda su finura. Se trata de una nave perfectamente aislada que se caracteriza por la ausencia de aire y de cambios bruscos de temperatura, así como por una humedad relativa del aire superior al 70%. Allí permanecerán en posición horizontal formando rimas para que el vino esté en permanente contacto con el corcho, humedeciéndolo y produciendo un cierre hermético.